Esta especie de demonio devorador de almas está pintado en Photoshop, en unas 8 ó 10 horas de trabajo. Aproveché el mismo estado de ánimo que tan agradablemente me acompaña desde hace meses para intentar conseguir un resultado macabro.
Con este probé una técnica que conocí a través de Nick Pugh: usar una fotografía para muestrear los tonos en la primera base de color. En este caso usé una fotografía tomada en un matadero para dar una primera mancha con los tonos de la piel y la sangre. Lo que más costó fue el efecto traslúcido del vientre, para lo que no encontré una buena referencia fotográfica. Al final, lo que más ideas me dio para resolverlo fue mirar fotografías de tarros de miel...
1 comentario:
Tarros de miel? qué original! Pues también me gusta... (me estoy preocupando) aunque creo que la otra me gusta más, en esta parece que se ha comido un balón de baloncesto aunque molan las caras.
Besos!
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